En cualquier lugar del mundo se puede ver el trabajo del hombre, un gran edificio, un aeropuerto, fábricas, autopistas, se siente al oír una pieza de alguien que murió hace trescientos años y aún así es actual, pero así sea un solo autor, nada de eso se construyó en una sola generación. La obra humana es de todos los humanos. Aunque ver las cosas de ese modo no exime de responsabilidades y juicios individuales con la maldad, ni da créditos inmerecidos por las buenas obras. Rembrandt somos todos, pero Rembrandt es Rembrandt.

Entonces no vamos solos, salvo contadas excepciones, somos un clan, por eso hay leyes. Que aunque imperfectas son adaptativas y se construyen en muchas generaciones, son un reflejo de lo que somos y quién las conoce es consciente del lugar de donde viene y al que va. Las leyes conforman el presente pero como Jano tienen una cara para el pasado y otra para el futuro.

Las empresas tampoco se construyen de un solo golpe, nada aparece porque sí ni siquiera en la Era Digital, también resulta que es más fácil nacer que mantenerse, para lo que hace falta tenacidad mezclada con necesidad y empatía individual y grupal, si eso no se da desaparecen como tanto invento novedoso pero inútil.

Las empresas que logran aguantar los retos del medio, de mercado, los tecnológicos, políticos, naturales y sociales son las que se mantienen y su impacto en la sociedad y en la estructura económica es altísimo, por eso es importante que se mantengan por sí mismas.

En el área de las licitaciones públicas los procesos  son vistos con pertinencia, con sentido de oportunidad y con transparencia, teniendo en cuenta que finalmente el Estado es un gran conjunto de empresas y que además de medirse en términos de logros económicos se debe medir en términos de construcción de sociedad, que de nuevo, no se construye en una sola generación y lo que se haga en el presente deja un camino o una herida para el futuro.

Lograr que las empresas se mantengan por sí mismas hace parte de la misión de Valencia Botero Abogados, se necesita conocer las leyes y todos los mecanismos de administración para que los capitales no sean improductivos y se pierdan hasta causar su desaparición. Cada empresa tiene una responsabilidad social, a veces mas grande que la del Estado, si entra en crisis afecta no solo a sus accionistas y dado que los seres humanos evolucionamos en conjunto lo mejor es que los eventos desastrosos previsibles no ocurran.

Desde hace unas décadas los desastres que se avienen sino cambiamos nuestras relaciones con el mundo nos alertan, conceptos como Sostenibilidad aparecen muchas veces como un mero discurso que de repetirse pierde sentido, pero el hecho es que nuestras acciones afectan todos los niveles humanos y naturales (no estamos solos) tener un sentido Sostenible, no solo como meta sino como método, es la única forma de lograr que esas construcciones que toman generaciones no se diluyan con las circunstancias sino que aporten a que evolucionemos para bien nuestro y de todos los seres vivos con los que compartimos este bello planeta.